REGLAS DE ACENTUACIÓN.

Las voces agudas de más de una sílaba, terminadas en vocal, se acentúan: bajá, café, alhelí, dominó, alajú; amará, tendré, partí, huyó; Alá, José, Ceutí, Mataró, Perú.

Si acaban en consonante no se acentúan: querub, vivac, merced, reloj, laurel, valor, cenit, carcax, verdeyay, arroz; amad, temed, partid, cesar, romper, venir; Horeb, Habacuc, Abenabed, Rostof, Tiriy, Abdalah, Lubek, Estambul, Edom, Estañ, Polop, Domecq, Candahar, Calicut, Guadix, Godoy, Ormuz.

La y final, aunque suena como vocal, se considera consonante para los efectos de la acentuación.

Por excepción, se acentúan las voces agudas que acaban en las consonantes n ó s: alacrán, andén, espadín, cascarón, atún; amarán, temerán, partirán, también; ningún; según; Amá, Durán, Bailén, Albaicín, Cicerón, Sahagún; compás, revés, anís, semidiós, patatús; verás, prevés, compartís; además, atrás, jamás; Barrabás, Moisés, París, Ojós, Jesús.

Las voces llanas terminadas en vocal no se acentúan: ala, bufete, casi, obscuro; baja, teme, domino, regulo; España, Oñate, Amalfi, Jacobo, Aramburu.

Si acaban en consonante, se acentúan: cárcel, dátil, mármol, Setúbal; alcázar, carácter, mártir, crémor, César, Otívar, Dúdar, Alcácer, Válor; alférez, Fernández, Enríquez, Ordóñez, Túnez.

Por excepción no se acentúan las voces llanas que acaban en las consonantes n ó s: margen, virgen, volumen; aman, bailen, daran, pensaran, vieren, cascaron; Tasman, Carmen, Yemen, Franklin, Bacon, Oyarzun; jueves, sintaxis, virus, veras, diamantes, ojos; adoras, vences, amaras, temieras, partieres, amaremos; Lucas, Cervantes, Paris, Carlos, Nicodemus.

Todos los esdrújulos se acentúan: máquina, ápice, diócesi, régulo, fulmíneo, hérie, celebérrimo, eminentísimo; trabajábamos, resérvalo; Málaga, Cáceres, Ástigi, Píramo, Dánea, Ondárroa.

En las voces agudas donde haya encuentro de vocal fuerte con una débil acentuada, ésta llevará acento ortográfico: país, raíz, ataúd, baúl, Baíls, Saúl.

Las voces llanas terminadas en dos vocales se acentuarán si la primera de estas vocales es débil y sobre ella carga la pronunciación, vayan ó no seguidas de n ó s final: poesía, desvarío, falúa, dúa; tenía, sería, píe, acentúo; García, Putría, Darío, Benalúa, Ríu, Espelúy, Túy; poesías, desvaríos; tenían, serías, acentúan, preceptúas; Jeremías, Darníus.

Las personas de verbo que terminan en una vocal débil con acento prosódico, seguida de un diptongo y s final, llevarán acento ortográfico en dicha vocal débil: comprendíais, decíais. Pero siguen la regla general de no acentuarse los vocablos llanos que finalizan en diptongo ó en dos vocales fuertes, vayan ó no seguidos de n ó s final: patria, seria, tenia, delirio, agua, fatuo; acaricia, atestigua; bacalao, deseo, canoa; corroe, Galistea, Bidasoa; albricias, parias, fatuos; lidian, amortiguan, trataseis, leyereis; deseos; Esquivias, Titaguas; canoas; corroen.

Cuando hay diptongo en la sílaba de dicciones agudas, llanas ó esdrújulas, que según lo prescrito se deba acentuar, el signo ortográfico irá sobre la vocal fuerte, ó sobre la segunda, si las dos son débiles: Rupiá, buscapié, acaricié, benjuí, Jaragüí, averiguó, Sebastián, parabién, veréis, después, Navascués; Cáucaso, piélago, Liétor, Guájar, Huércal.

El triptongo se acentúa en la vocal fuerte: amortiguáis, despreciéis.

Los tiempos de verbo que llevan acento ortográfico, le conservan aun cuando acrecienten su terminación tomando un afijo: pidióme, conmovíla, rógoles, convenciólos, andaráse.

Los dos elementos de las voces compuestas deben llevar la acentuación ortográfica que como simples les corresponda cortésmente, ágilmente, contrarréplica, décimoseptimo.

Los términos latinos ó de otras lenguas usados en la nuestra, y los nombres propios extranjeros, se acentuarán con sujeción á las leyes prescritas para las dicciones castellanas: ítem, accésit, memorándum, exequátur; Amiéns, Tolón, Schlégel, Leicéster, Schúbert, Windsór, Wínckelmann.


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